domingo, 30 de noviembre de 2014

Fin de semana largo

XII
Siempre moviendo hacia la ternura, tu ser diminuto que no quería saber nada con internet, solo añora la radio y el repasador, mientras siento en mis espaldas el castigo con el diario doblado. Había que corregir la desobediencia altanera, el no haber aprendido a cerrar la boca a tiempo, el pretender la posesión de la razón infantil... hay que domesticar a la insurrecta, formamos un arco entre las dos orillas, mi corazón te musita al oído, ya cósmico, no hay afuera del amor, ya lo sabés, ¿no?

viernes, 14 de noviembre de 2014

Ya no estoy tan triste

XI
En mi cartografía actual, se acentúa mi predilección por los márgenes y el canon de lo que venía haciendo se desmorona con los días presentes. Me declaro íntima e impostergable insurrecta, oscura y humilde en el suburbio de mi existencia, acá ya no uso todas las palabras del diccionario, con la sangre en el ojo, ya casi periférica hasta de mi propio cuerpo no sé lo que hay que hacer. Los días se tornan precarios mientras miro las nuevas olas. Yo ya soy parte del mar. Al borde del apagón necesito un himno de apertura que huela a tilo florecido.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Las voces


X
Animales disfrazados de hombres pasan por la vereda mientras aturde el zorzalito en en el tilo reverdecido en respuesta al sonido penetrante y odioso de la cortadora de césped que destroza el silencio de la casa entera. Es el momento que aparecen ellas: voces verticales, voces horizontales y por qué no, voces diagonales. Será por eso que cada dos por tres se pilla pensando habría que buscar otra forma, que cuándo abandonaría el doble cuaderno, el oficial y el otro, que había acabado el tiempo de pelear para leer ciertas cosas... pero la micro , ahora es con su propio cuerpo la cosa, resistencia continúa. Acaba por soltarse del canto del pájaro  penetrante y agudo, del hombre que cortaba el pasto, se acurruca en su corazón y acompaña la partida de Rita. Qué triste esta todo cuando todo esta de luto.

La herida

IX
¿Por qué una guitarra iluminada por muchos colores, una gastadísima campera raída de invierno, un ronroco oliendo a una amapola a la siesta y unas patas de rana mitad grises, mitad celestaes ocupan el pecho entero? La ausencia de su guitarra pintada con sus Cristos de carne y hueso es su vacío total. Acerca su plato al de ella, coloca su mano huesuda sobre el niño por llegar en su vientre que crece y crece sin descanso, dicen que ya se fue... y cuando parten cerramos la puerta mi compañero y yo. Entonces empezamos a remeterle la ropa en su lecho al caer la noche.