martes, 19 de febrero de 2013

Sí, la lluvia ...

Sí, la lluvia moja despacito mi tilo
de febrero y de mañana en la casa sola...
Sí, mi cabeza rapada recibiendo las gotitas aladas
poblada de futuros posibles, de voluntad colectiva;
sí, pero dónde está esta cuestión del "de todos",
del "acá también se paga "...

Sí, las caminatas recuperadas
y las charlas noviales con el compañero de ruta
y ¿por qué la oscuridad me traga y no convida?

Sí, las queridas presencias
el entrañable cuidado
y las noches de luna
Sin embargo el tiempo me respira en la oreja
y me deja
               sin aliento.

               

lunes, 18 de febrero de 2013

Juntos

El sentimiento fecundo
en cada corazón
                         despliega un mundo posible.

Ellos no dicen
                     hasta luego
abren sus alas
                     guardianas
cobijan suavecito
                     mi ser en llamas
derrotan de memoria
                               la soledad empedernida
penas me quitan
adivinan mis puertas trabadas
pa' mi siempre abiertas
ven mis lágrimas
                        y aunque invisibles o no...
las secan
              gota por gota.
                                                                      Comunidad de eternidades
            










domingo, 17 de febrero de 2013

Tierra incendiada

Y me pide que haga, que construya,
    que luche, que valga la pena vivir,
                 porque todos somos valiosos,
y qué hacemos algunos,
               a vecs,
                   encerrados en nuestra propia caparazón,
rezamos por los pobres,
¡ay los bienaventurados pobres, los dueños del reino!,
pero no les cantamos,
no les enseñamos a leer el mundo,
                 también rezamos por los enfermos,
pero qué lejos del cuerpo que duerme a nuestro lado,
y Fandermole:
"de la boca de un nene gris que corre"
sonámbula tras de mí
y nos sentimos salvos.
                     Hermanos, a las cosas.
        Pa' que me ayuden a estar de pie.
   Este tiempo es
"para que no se nos pudra el egua y el pan."
        Com-parto
este pozo de agua fresca
en tanto desierto de palabra deshabitada.
"Si pienso en alguien  por quien vivir..." 
         ay...
tantos rostros amados
   donde "casi nada se tiene en pie"
               que solo hallo palabras para sentir,
palabras donde no agoniza un ángel guardián...
                                                                  palabras
                               que yo "condeno a sobrevivir"
                                           canto
                                   palabras
                                         del corazón
y "tan débil soy que mi voz es mi mano alzada y fuerte,
no sé qué más hacer en esta tierra incendiada..."
sino decir.

viernes, 15 de febrero de 2013

Puro yo

Acá en este espacio siento que soy puro yo o puro otro, que solo buceo en mí como antes jamás lo hice, picando canteras que ya creía olvidadas escarbando o rascando el fondo de la lata de café para la primera taza de la mañana ... será porque desde los dieciocho años hasta los sesenta y cuatro años viví  adentro de una escuela solo conversando con mis amados alumnos de quienes aprendí todos los días del bendito año escolar  con miscolegas, queridos y respetados por los proyectos que fogoneé y participé  y me permitieron com-partir con las familias, aliadas inestimables en cada jornada no había tiempo ni lugar solo la necesidad de acompañar buscando el crecimiento de la comunidad espiritual que tejíamos entre todos. Estaba tan poblada por tanta gente que yo me escribía poco y menos me interrogaba sobre mi propia historia, ¿y vos Gladys Delgado, qué carajo sentís ahora?

El otro lugar

Mi hermano era el otro espacio. Cuando tenía cinco años surcaba el aire con su bicicleta pequeña y su tapadito azul en los días de frío, desde temprano ganaba las veredas del barrio. Entre mujeres, la casa le quedaba chica, casi asfixiante, buscaba así el otro espacio, el de la calle, perfecto, ajeno a sus hermanas. Era un extraño para el trajín doméstico, la pelota de fútbol, su grupo de amigos, las correrías interminables; sin temor se iba lejos, casi al fondo del vecindario persiguiendo no sé qué paisajes de libertad que en nosotras no encontraba.
Peleador y altanero, defendía a morir la fidelidad de sus compañeros de aventuras, y oscilaba entre el enfrentamiento y la obediencia a mi papá. Siempre tenía para mí que quería huir de la  casa y de sus obligaciones. No se cansaba nunca, solo hallaba paz en los brazos de mamá. Transformaba su herida en un lugar de encuentro con sus camaradas de la escuela o con la gente del otro espacio.

Palabras para mis compañeros bloggeros

Estuve haciendo un recorrido así a vuelo de pájaro por sus nidos virtuales, porque me dije, esta gente tan grossa, con tanto tiempo en esta trinchera de hacer  patria, me alimentará con sus experiencias cotidianas, con la intravida de esas escuelas remotas que solo el polvo y sus maestros conocen... pero todavía no hallé
su testimonio de vida, la voz o el silencio o la palabra no dicha de sus pibes y pibas, no sé....
Sí encontré títulos muy enjundiosos, extensos artículos académicos, de los que hubiera preferido una apretada síntesís y un comentario de udes. de por qué les pareció interesante y el remito al art. completo si me enganchaba.
Creo que tendriamos que apropiarnos del título de Luz: Pizarrón intervenido, imaginar con un aula intervenida, una escuela intervenida, una preceptoría intervenida y animarnos a ser de verdad y por una vez Pedagogos Sociales. Muero porque me cuenten en su blogg una de esas situaciones en las que nos decimos: esto no hay plata que nos lo pague. Además creo que la patria nos lee. Más allá o más acá de las paritarias docentes.                   
                   

miércoles, 13 de febrero de 2013

De las cosas inútiles

"...o tratas de coser con un hilo infinito la gran lastimadura de mi corazón", de Olga Orozco. ¿Hay algo más imposible que tamaña tarea sea por uno realizada;  y al mismo tiempo no sentimos alguna vez que nos encotrábamos con alguien que hacía el milagro de reconciliarnos con la vida, hasta te invitaba a ponerte de novia con la vida, con alguien que tendía un puente entre la selva y los astros trazando una parábola entre el guijarro y el cielo. ¿Y alguna vez no nos sentimos desgarrados por esta permanente dualidad: nacer es morir / morir es nacer?  ¿No sentimos las crepitaciones de algún pan que en la puerta del horno se
nos quema? ¿Dónde hallaremos consuelo?.


"El arte está  hecho para perturbar. La ciencia tranquiliza. Solo hay una cosa valiosa en el arte: la cosa que no puedes explicar."
Georges Braque ( pintor cubista )      

domingo, 10 de febrero de 2013

Preguntále a tu hermana

-Preguntále a tu hermana -se transformó en la respuesta esperada que mi mamá le daba a mi hermana, desde los deberes hasta toda otra cuestión que la inquietara. Así como un malón se venía encima  este diálogo que hasta hoy nos cobija. Con mi mamá mi  relación crecíó con los días y la gente bien, al principio me enojaba de ella su docilidad, esa resignación ancestral ante la autoridad del hombre (con dolor después comprendí que es también una elección ponerse en el papel de ser estafados antes que robarle en el peso al vecino) Ella instauraba el reino del sol antes que el de la noche negra. Con el corazón desgarrado, con su imposibilidad de estar sola, a solas, apartada de los demás nos imprimió este destino de estar con el otro, de no renunciar a sus ojos, de mirar sin amontonar prejuicio, de ayudar con la escoba... de vivir según el tango Mi noche, tu  noche, mi llanto, tu llanto, mi infierno, tu infierno. De esta manera el sol siempre mató mi noche. Nos moldeó su risa, nos dio una llave de oro, con la que abrimos el espacio de celebrar la fiesta de nuestras voces vivas.
-Me quitó mi muñeca de trapo, después me tiró con el balde lleno de agua -por el puro placer de hacerla enojar con la cueldad de los niños fuertes, mi hermano hacía de las suyas...sumiéndola en un llanto de patito mojado, El consuelo llegaba pronto y el dolor desaparecía y uno casi como Dios se sentía.

La buena mesa

Resistencia era mi primer destino soñado después que los abuelos paternos se mudaron allí. Papá como un retoño vivo conversaba con el árbol viejo, mamá cerraba filas uniéndose a sus cuñadas en las tareas de la postergada casa y en las de la aguja también porque le daba mucha alegría coser, según sus dichos. Mis hermanos iluminaban los patios de atrás y las galerías recién baldeadas con sus juegos nuevos. Como niños vivían ensus propios jardines.Yo hablaba infatigable con mi amiga de al lado, nos era difícil ponernos al día...
Cuando mis padres se volvían para Buenos Aires con mis hermanos, mi abuela me cosía un vestido, fresco, casi alado, que me esperaba para ser estrenado a la vuelta de mi viaje al campo. Estaba allí unas dos semanas donde comía regiamente desde la infaltable tortilla de los increíbles días de lluvia  hasta las interminables sandias frescas y más que jugosas de la hora implacable de la siesta chaqueña. La delicia de sacar de la planta los sabrosos tomates, orgullosos choclos con sus suaves babas y las inefables papas hacían que a mi vuelta,  el esperado vestido o primorosa blusa cuando las quería estrenar ya no me entraban, parecía un chorizo mal atado.



Apuntes sobre la poesía

_¿Sirve para algo escribir o leer poesía? En este mundo traidor donde transigir es lo mejor, verdaderamente no. Tampoco ayuda para ir a la verdulería y echar las papas a la olla... A menudo me pregunto por la utilidad de las cosas que hacemos y me encuentro con tanta vida malgastada, con tantas posibilidades malogradas solo por pura estupidez humana o superficialidad consuetudinaria o por ese sentimiento de saberse prescindible o simplemente por haber perdido la oportunidad de hacer silencio...

Sentada en el trancón de la puerta

 -Sentáte en el trancón de la puerta, por la ventana del cuarto de mamá, verás entrar la cigueña. A los seis años se cree en la palabra de los padres y por sobre todas las cosas se obedecía. Allí me estuve quietecita sentada mirando el sereno cielo de octubre de General Alvear, Corrientes, la tarde entera. El gran recuerdo que tengo es el llanto de un bebé y mi enojo mayúsculo, por dónde entró que no la vi... no, no y definitivamente no perdonaba a la cigueña desatenta, no perdonaba a mi madre y menos a mi hermana. Me sentía de pronto entre desconocidos. Las palabras habían desaparecido, solo atiné a guardar todos mis juguetes en un cajón debajo de mi cama. En ese silencio nos pondríamos a salvo...