viernes, 7 de noviembre de 2014

La herida

IX
¿Por qué una guitarra iluminada por muchos colores, una gastadísima campera raída de invierno, un ronroco oliendo a una amapola a la siesta y unas patas de rana mitad grises, mitad celestaes ocupan el pecho entero? La ausencia de su guitarra pintada con sus Cristos de carne y hueso es su vacío total. Acerca su plato al de ella, coloca su mano huesuda sobre el niño por llegar en su vientre que crece y crece sin descanso, dicen que ya se fue... y cuando parten cerramos la puerta mi compañero y yo. Entonces empezamos a remeterle la ropa en su lecho al caer la noche.

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