jueves, 14 de agosto de 2014

La voz

 Sonó en las entretelas de su corazón, la voz casi susurrada para cobijar la otra voz áspera, casi rota por el polvo alucinado de los rostros, necesitó escucharla con el cuerpo entero dos veces, en una no cabía tanta fidelidad al mensaje com-partido. Entonces se dijo, quedó mejor así, suena a la pura voz del corazón desnudo. En la sencilla hoja de cuaderno aparecía su letra de siempre que tampoco quería ser otra.

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