miércoles, 30 de enero de 2013

Las personas queridas

Le llevo seis años de diferencia. Al principio parecían muchos porque la tenía que cuidar, ayudar a mamá con los trabajos  diarios de la casa y otros menesteres cotidianos, considerando que también había nacido mi último hemanito. De golpe había sufrido el duro embate de dos críos casi juntos. Dupliqué la lucha y redoblé el cuidado de las cada vez más venidos a menos juguetes infantiles...Durante mucho tiempo me prometí que no tendría hijos, que los niños son solo un estorbo... Luego recuperé sus abrazos, besos, llenaban todas las horas y preguntaban sin descanso, me agrandaba cada día y crecía con ellos y con los cuentos con que los dormía cada noche tibia. Durante muchos años, casi todos los de la adolescencia y la juventud, Marta y yo compartíamos el mismo dormitorio cuyas camas estaban separadas por una mesita de luz. Desde que llegó a mi vida nunca estuve más sola...

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