Ayer descubrí que quiero vivir en la casa de al lado, "allí donde no hay tiempo no hay hora no hay reloj/ no hay antes ni luego ni tal vez/ no hay lejos ni viejos ni jamás/ en esta olvidada invalidez", la primera estrofa de la canción de un poeta y músico uruguayo, de Fernando Cabrera. Es la condensación de la o de una de las eternidades posibles, la obstinada detención del tiempo... donde no haya necesidad de esconder la estafa y no ser ya más uno sino por una vez y para siempre dos o "no se es", como dice Ernestito Cardenal... Habrá que construir la casa, ex-ponerse, correr el riesgo desde nuestra vulnerabilidad, no renunciar a la posibilidad de renacer...
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