Yo estoy muy agradecida a este año que se va-le decía a mi hermana cuando la despedía hasta el año próximo-fue duro pero tenemos mucho para celebrar y después de otro cálido abrazo- corazón a corazón- se marchó presurosa a realizar las compras del último día de clases-me salió así automáticamente- los comentarios huelgan. En mi casa existe la Orden de Santa Marta, cada uno tiene en su mano derecha una pródiga cuchara de madera y así van atendiendo a quien lo necesite. La cuchara ayuda a vivir, la cuchara ayuda a gritar, la cuchara ayuda a cantar. Da paz, de esa que te abre la puerta de la jaula para salir a jugar.Y si tu corazón está roto ella recompone los pedazos convirtiéndolos en destellos, casi estrellas, día sin temor a equivocarme.
martes, 31 de diciembre de 2013
La mesa del comedor - Familias rotas
A veces llegaban al mediodía, llenos de calor y de sol, caían los tres, la madre flaca con su ropa ajustada, pidiendo remedios a la inexistente encargada de la Farmacia, con sus cabellos resecos teñidos de rubio, y su clásico olor a tabaco. Un varón silencioso ya casi dejando la mágica niñez, dura y desamparada para él, parecía el soldado de la desafiliación. Pero quien se llevaba las palmas de la delgadez era la niña. Alta, extremadamente huesuda, con unos dientes de caballo notables y grandes, parada al lado de su plato negándose a comer a pesar de todos los ruegos habidos y por haber... implacable se mantenía firme en su decisión hasta que llegaba su voluntaria amada, se abrazaba a ella, sonreía feliz y satisfecha, parecía decir: éste es mi alimento, ya no necesito nada más.
Otros mediodías, cuando los rezagados estaban dándole fin al que sería su último plato de la agónica jornada,aparecían ellos, la chiquillada adelante para que no te espantes, siempre juntos, sonriendo y gritando entre algunas palabras desocupadas de sentido para los que estábamos afuera -¿afuera?- del grupo familiar. Se sentaban a esperar que apareciera la comida, sabiendo ya muy bien que todo el mundo no come, hoy era un gran día. Detrás, gordos de toda pobreza, fatigados de toda espera de que la cosa cambie, hacían su entrada padre y madre, resoplando y directo a la jarra de agua fresca a temperatura ambiente. Los polluelos miraban igualmente a los otros, pensarían ¡qué bonito color tiene la vida en familia! Los niños iban y venían dentro de los abundantes platos, hacían y decían entre ellos. Alguna señora manifestaba su enojo porque al padre la desteñida remera corta atrás y los pantalones mal sujetados a la cintura dejaban ver parte de sus fofas nalgas que pedían enfáticamente un biombo. No les quedó otro remedio a las voluntarias que colocarse en diagonal y cuidarle las espaldas al jefe de hogar.Almuerzo memorable para los tabiques humanos. Al irse uno de los chicos oscuro de sol y de polvo, casi ya en la puerta giró su cabeza hacia atrás y miró con esas miradas que calientan las entretelas del corazón. Esporádicamente con mucha vergüenza y pidiendo disculpas por existir, se sentaban a la mesa en silencio, la madre parecía mirar a través del vidrio de una ventana mientras comía, el muchacho flaco y de andar inseguro se demoraba en comer, mirando fijamente el plato con la cabeza gacha y colgándole sobre el pecho medio hundido.La madre habiendo terminado no lo ayudaba, murmuraba como un rezo, es muy tímido, no hay que apurarlo. Quedó solo en el comedor y en un ambiente de fin de fiesta, un voluntario de pocas pulgas miraba con cara de pocos amigos. No quieran imaginar lo que pensaba.
Otros mediodías, cuando los rezagados estaban dándole fin al que sería su último plato de la agónica jornada,aparecían ellos, la chiquillada adelante para que no te espantes, siempre juntos, sonriendo y gritando entre algunas palabras desocupadas de sentido para los que estábamos afuera -¿afuera?- del grupo familiar. Se sentaban a esperar que apareciera la comida, sabiendo ya muy bien que todo el mundo no come, hoy era un gran día. Detrás, gordos de toda pobreza, fatigados de toda espera de que la cosa cambie, hacían su entrada padre y madre, resoplando y directo a la jarra de agua fresca a temperatura ambiente. Los polluelos miraban igualmente a los otros, pensarían ¡qué bonito color tiene la vida en familia! Los niños iban y venían dentro de los abundantes platos, hacían y decían entre ellos. Alguna señora manifestaba su enojo porque al padre la desteñida remera corta atrás y los pantalones mal sujetados a la cintura dejaban ver parte de sus fofas nalgas que pedían enfáticamente un biombo. No les quedó otro remedio a las voluntarias que colocarse en diagonal y cuidarle las espaldas al jefe de hogar.Almuerzo memorable para los tabiques humanos. Al irse uno de los chicos oscuro de sol y de polvo, casi ya en la puerta giró su cabeza hacia atrás y miró con esas miradas que calientan las entretelas del corazón. Esporádicamente con mucha vergüenza y pidiendo disculpas por existir, se sentaban a la mesa en silencio, la madre parecía mirar a través del vidrio de una ventana mientras comía, el muchacho flaco y de andar inseguro se demoraba en comer, mirando fijamente el plato con la cabeza gacha y colgándole sobre el pecho medio hundido.La madre habiendo terminado no lo ayudaba, murmuraba como un rezo, es muy tímido, no hay que apurarlo. Quedó solo en el comedor y en un ambiente de fin de fiesta, un voluntario de pocas pulgas miraba con cara de pocos amigos. No quieran imaginar lo que pensaba.
domingo, 29 de diciembre de 2013
La mesa del comedor - Los comensales
Más ruidosos, gastándose bromas entre ellos, cumplían con el rito -al igual que las mujeres- de hacer la fila, lavarse las manos de uñas sucias y mochas con detergente. Luego recibían el pan, los cubiertos en un jarro de plástico antes de entrar al comedor amplio y ventilado. La voluntaria con sorpresa recibe los jarros de vuelta con un: perdone, doñita, pero yo este color no quiero. Desde ese día se cuidaría muy bien de ofrecer jarritos rosados a los varones del comedor.
En la cara de los viejos se constataba la derrota del mundo entero, los pelos sucios y raídos y un olor a viejo que inundaba el aire, compitiendo con los otros olores, el de los cuerpos que no estaban para nadie, solo para comer, parecían envases andrajosos y vacíos. Algunos formaban grupos y era un gusto de ver cómo conversaban entre ellos, sin esperar que algo cambie -solo les quedaba gemir, suplicar,pedir algo de beber-. El decorado de la vida de los jóvenes era más bien triste, sin familia, bah...ahí nadie aparentaba tener quien lo cuidara, ni primer año con quien celebrar...Solo desamparo y calle, con distintas direcciones, tendrían que inventarse una vida uf... si podían. Así todos fatigados en el cansancio de la espera de la mano demorada desconociendo tal vez que si nos unimos los pobres otros tendrían que esperar. No sé lo que daría por saber qué piensan ellos de nosotros.
lunes, 25 de noviembre de 2013
La mesa del comedor
No . sin . Ti
Repasaba al mediodía la superficie de la mesa familiar, bajé a los bordes con minuciosidad, en ese momento se me vino encima, aplastándome, la otra mesa pringosa cuyo mantel de hule, gris, manchado, con migas casi siempre o restos de comida si era después del almuerzo. Los bordes del mantel chorreados casi percudidos, me costaban vigorosas friegas con esponja y demás yerbas. Otra vez me devastaron esas mesas inmensas, desoladoras del comedor comunitario. Todas las mañanas desde las ocho me exiliaba allí, en mis hermanos menesterosos.De buen ánimo caminaba hacia el lugar del desconsuelo, a servir el desayuno, después el almuerzo, para ser nosotros sin guión intermedio.Era un lugar privilegiado, samaritana me sentía. Por un tiempito sentíamos ese lugar como punto de encuentro saliendo cada uno de sus bordes... encontrábamos en el otro al semejante. El almuerzo era lo nuestro experimentando la sensación de que estábamos en casa.
Repasaba al mediodía la superficie de la mesa familiar, bajé a los bordes con minuciosidad, en ese momento se me vino encima, aplastándome, la otra mesa pringosa cuyo mantel de hule, gris, manchado, con migas casi siempre o restos de comida si era después del almuerzo. Los bordes del mantel chorreados casi percudidos, me costaban vigorosas friegas con esponja y demás yerbas. Otra vez me devastaron esas mesas inmensas, desoladoras del comedor comunitario. Todas las mañanas desde las ocho me exiliaba allí, en mis hermanos menesterosos.De buen ánimo caminaba hacia el lugar del desconsuelo, a servir el desayuno, después el almuerzo, para ser nosotros sin guión intermedio.Era un lugar privilegiado, samaritana me sentía. Por un tiempito sentíamos ese lugar como punto de encuentro saliendo cada uno de sus bordes... encontrábamos en el otro al semejante. El almuerzo era lo nuestro experimentando la sensación de que estábamos en casa.
domingo, 10 de noviembre de 2013
El regalo
No sé si todo es dios.
No sé si algo es dios.
Pero toda palabra nombra a dios:
Roberto Juarroz
Me rondan burlones los 67 años, próximos a cumplir. Yo canté maravillas cuando estrené los 21. Durante años acaricié dulcemente ese día para salir corriendo con tanta desesperación por tanto anhelo postergado.Con amor sincero había amasado sin olvido el trabajo y la entrega por mi familia, gracias al DNU que emitió mi papá cuando por los 15 años, con valentía le avisé que estaba enamorada de Jesús y quería servirlo en la vida religiosa. El lema en casa era obedece y serás feliz. Ellos no comprendieron, tampoco lo aceptaron y mi decisión quedó arrinconada hasta que fuera mayor de edad, no te vayas, nosotros te hemos amado y ahora te vas. Y la vida siguió con sus cuatro estaciones. En la sangre tibia de la espera Él plantó todas las vides, con la alegría del esfuerzo que sería recompensado. En mi casa aguardaba junto a la tristeza callada de mamá, a mis hermanos que saltaban en sus juegos infantiles y a papá serio, dolido. Llegó el 1° de enero, me despedí de los míos y salí a toda prisa tras el novio, subí al tren y a misionar a Mendoza. Rechacé las lágrimas, atrás hermanos, atrás padre y madre, el estómago se retorcía, tragué saliva, supliqué Jesús dime la verdad...Me puse de pie y busqué a las otras hermanas que animadamente conversaban entre ellas mientras pensaba ¿la vida va a cambiar?¿Quién me envía? El cielo y la tierra cruzados hasta hoy en el centro de mi corazón.
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viernes, 1 de noviembre de 2013
Desde la cama
Este último tiempo he pasado muchas horas acostada. De espaldas, sin música, ni tele, ni radio. El cuarto da a la vereda y ahí me estaba quietecita, sin hablar, sin dormir.Solo rezaba o escuchaba las voces de la calle o el canto taladrante y abrumador de pájaros desconocidos... bocinazos intemperantes, gritos prepotentes, me golpeaban sin tregua las estentóreas propagandas políticas con su : vote la gente de ...boleta n° cada tanto volvían, no había mesa tendida, ni pavos para navidad... todos los hoteles estaban llenos, no había lugar en ninguna parte, en todos los vagones se había instalado el tiempo de la desolación, ni chillaban las muecas en los espejos. Sentíame a la intemperie sin manta ni cobija, ¡con lo bien que me vendría resfriarme!.Las sombras todopoderosas ganaban el cuarto según el remedio del sol. Empujando km a km a la otra orilla del día, recibía con ternura la llegada de la noche,
casi lista para dormir...
Comenzar cada día consistía en verificar el estado de la jaula, controlar la puerta y no desalentarse ante la cansadura que se abría como un páramo, sin árbol pa rascarse, ni agua pa solazarse. El llano tibio, liso, sin estridencias ni variaciones. La rutina no era de plastilina ni las horas tampoco, el hermano cuerpo no daba pa más. El llano no aparecía como una trampa, otro día jugaríamos, hoy no. Desoía el trajín callejero... imaginaba esas cartas que nunca me animé a mandar, hilvanaba otras historias de la época del convento y hacía los reclamos tardíos e inútiles a mis hermanas monjas o me dejaba ganar por este silencio que me llevaba a todos los sitios o a ninguna parte. Recordaba sin pisotear, amaba con memoria cada porción de ese pasado y de este siendo, sin decir nada, pero clamando sin aflojar ni permitir que me gane la indiferencia o el desánimo.
Ahora paso más tiempo levantada y me acuesto en turnos rotativos, pero con menos culpa. No sé cómo
será esta nueva etapa aun así digo sí con el corazón dispuesto, manteniéndome unida a todos esos despojados que de pie gritan que se puede hacer mejor este mundo de cielos azules y millares de golondrinas mirándonos cómo trabajamos por la unidad fraterna que todavía no encuentra su nido.
casi lista para dormir...
Comenzar cada día consistía en verificar el estado de la jaula, controlar la puerta y no desalentarse ante la cansadura que se abría como un páramo, sin árbol pa rascarse, ni agua pa solazarse. El llano tibio, liso, sin estridencias ni variaciones. La rutina no era de plastilina ni las horas tampoco, el hermano cuerpo no daba pa más. El llano no aparecía como una trampa, otro día jugaríamos, hoy no. Desoía el trajín callejero... imaginaba esas cartas que nunca me animé a mandar, hilvanaba otras historias de la época del convento y hacía los reclamos tardíos e inútiles a mis hermanas monjas o me dejaba ganar por este silencio que me llevaba a todos los sitios o a ninguna parte. Recordaba sin pisotear, amaba con memoria cada porción de ese pasado y de este siendo, sin decir nada, pero clamando sin aflojar ni permitir que me gane la indiferencia o el desánimo.
Ahora paso más tiempo levantada y me acuesto en turnos rotativos, pero con menos culpa. No sé cómo
será esta nueva etapa aun así digo sí con el corazón dispuesto, manteniéndome unida a todos esos despojados que de pie gritan que se puede hacer mejor este mundo de cielos azules y millares de golondrinas mirándonos cómo trabajamos por la unidad fraterna que todavía no encuentra su nido.
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domingo, 22 de septiembre de 2013
Cosas dichas
Anónima historia
camino sin movimiento
fragmentos de realidad
y solo el cansancio infinito
pura fatiga sin cambios ni luchas
absorbida ignorada
pulverizada o engarzada
en márgenes difusas
otra no puedo ser
y todavía estoy bajando del cerro
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Contra el miedo de cambiar
Contra el miedo de cambiar,
contra el miedo de ser,
vivo en una cárcel sin rejas,
donde me enfrento contra la rutina del orden
y también con las escasas energías casi ausentes,
donde es más fácil someterse
al rigor de los que están a mi lado
que combatir contra la impotencia de una derrota anticipada.
Sueño con recuperar mi lugar
éste, el lugar de todos,
con el consuelo de develar el mensaje,
éste que todavía me es esquivo,
con el día del triunfo,
que por pequeño que sea, merecerá laureles,
laureles que no coronan la frente de los patriotas,
ni la cabeza de los poetas líricos,
ni de los dioses del Olimpo.
Pero sí sirven para multiplicar el sabor
y la creciente esperanza de la sufrida olla de los hermanos rezagados.
contra el miedo de ser,
vivo en una cárcel sin rejas,
donde me enfrento contra la rutina del orden
y también con las escasas energías casi ausentes,
donde es más fácil someterse
al rigor de los que están a mi lado
que combatir contra la impotencia de una derrota anticipada.
Sueño con recuperar mi lugar
éste, el lugar de todos,
con el consuelo de develar el mensaje,
éste que todavía me es esquivo,
con el día del triunfo,
que por pequeño que sea, merecerá laureles,
laureles que no coronan la frente de los patriotas,
ni la cabeza de los poetas líricos,
ni de los dioses del Olimpo.
Pero sí sirven para multiplicar el sabor
y la creciente esperanza de la sufrida olla de los hermanos rezagados.
sábado, 21 de septiembre de 2013
Cuarto Mundo sin escuela
Soy del llamado Tercer Mundo, también hay un Cuarto Mundo, los bolsones de pobreza de las grandes ciudades. Somos gente de tercera, comemos menos, vemos menos, vivimos menos, también ocupamos menos espacio en los diarios, no aparecemos en la tele ni en la radio, no abarcamos casi nada...
Escuchamos ilusorias promesas que ignoran nuestra realidad
y como vivimos en una cultura donde Dios es más importante que el hermano, el funeral que el muerto y el plato de comida que la persona, acá nos estamos con esta imperiosa necesidad de transformar esta realidad.
¿Y cómo ha de ser esto, sin escuela?
Nos queda resistir a pie firme,
no sacarnos la foto de frente y de perfil,
recuperar nuestro decir,
escapar a la reducción del consumo
y trabajar para dar abrigo a tantos desnudos
a la intemperie de este mundo.
Creer en lo que hacemos,
no dejar caer a los demás,
estar convencidos de que hay que andar
y calmar esta sed de amor
que nunca es suficiente.
Escuchamos ilusorias promesas que ignoran nuestra realidad
y como vivimos en una cultura donde Dios es más importante que el hermano, el funeral que el muerto y el plato de comida que la persona, acá nos estamos con esta imperiosa necesidad de transformar esta realidad.
¿Y cómo ha de ser esto, sin escuela?
Nos queda resistir a pie firme,
no sacarnos la foto de frente y de perfil,
recuperar nuestro decir,
escapar a la reducción del consumo
y trabajar para dar abrigo a tantos desnudos
a la intemperie de este mundo.
Creer en lo que hacemos,
no dejar caer a los demás,
estar convencidos de que hay que andar
y calmar esta sed de amor
que nunca es suficiente.
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viernes, 13 de septiembre de 2013
Turno tarde
Los chicos llegaban a las apuradas, con la mañana puesta al hombro, un par de gritos a deshora, algún trabajito tempranero, arrastrando al hermanito que quería jugo y el estómago semivacío porque la mañana era corta para hacer lo necesario y siempre aparecía algo mejor que llegar a tiempo a la escuela. A medio desensillar daban el presente cálido y ruidoso, se demoraban en sus entretenidas conversaciones hasta que asomaba con paso cansino el profesor. Desaparecían las paredes del aula y comenzaban a trabajar, a veces bellos como el día, otras malos como el tiempo, pero siempre como buscando en la oscuridad, ¡tanta vida secreta a la que no podía llegar!...Estaba ahí, disponible, a la espera, solo para tender una mano a tanto olvido, negación y quizás desamor. Necesitábamos un amor nuevo, íntegro para vencer tanta postergación, un amor tembloroso para estrenar en el patio inundado de luz verdadera. Ellos caminaban atravesados por la claridad sin envejecer, por el espacio escolar sin límites ni bordes
Preparar un acto escolar tomaba la forma de una pregunta. Arrojaban sus ideas, le ponían su cuerpo a las circunstancias, hacían que sus palabras le entraran al otro generando una respuesta y ni qué decir cuando nuestra profesorita de primerito preparaba a su curso para bailar una danza nativa para el día de la tradición. Ellos al igual que los chicos de la mañana vivían en ese intercambio, potenciaban ese tráfico constante de afectos, broncas, noticias, pareceres, rumores, lo que traía la marea de la escuela y sus alrededores. Abonaban ese espacio común del encuentro.Yen esa matriz fundante del dar y recibir nos percibíamos como otros.Y ese lugar se transformaba en nuestra casa.Y¡ay, mamá, qué feliz que soy!
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Vivía en mis bolsillos flacos, en mis libros amados
De parada en parada
de día en día
de año en año
testigo es de mi época de estudiante.
De médano en médano
de tardes soleadas a noches agobiantes
del traqueteo monocorde a la cena apurada
de la noche siempre corta a la orilla esperada del otro día.
A lo lejos ya el ómnibus aparece y ya solo queda
sacar otro boleto fresco como el viento
y sentarme con los ojos entreabiertos
y abrir otra puerta
la del libro que aúlla, grita y a veces espanta...
de día en día
de año en año
testigo es de mi época de estudiante.
De médano en médano
de tardes soleadas a noches agobiantes
del traqueteo monocorde a la cena apurada
de la noche siempre corta a la orilla esperada del otro día.
A lo lejos ya el ómnibus aparece y ya solo queda
sacar otro boleto fresco como el viento
y sentarme con los ojos entreabiertos
y abrir otra puerta
la del libro que aúlla, grita y a veces espanta...
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martes, 10 de septiembre de 2013
11 de septiembre ¡Ay mis colegas!
He sido con ellos, me he ido metamorfoseando en quien soy, día a día, en el cuerpo a cuerpo, a través de todos estos años, veinticinco para ser precisa. Ellos me han acontecido uno a uno, algunos, lisa, mansamente; otros deslenguados, sin manchas ni sombras, pocos me han dejado sus arrugas, su hondo corazón que sangra, su mirada sin sueños ni utopías, en ciertos ojos oceánicos naufragué sin futuro.
Los incorporé a mi mundo, junto con mis alumnos, secundando al mundo con nuestro mensaje de esperanza, ampliando, transformando y combatiendo por sostener la diferencia entre los jóvenes y nosotros, los que llegamos antes. Por eso las huellas abiertas, las marcas antiguas, las presencias abiertas, los puentes alfombrados entre vereda y vereda.
Más de una vez elegí el silencio antes que la palabra, despojada y en riesgo, sin armadura, para mí condición esencial del caminar junto al otro.
Ha sido constante esta tarea de volver la jaula, pájaro.
Y el anhelo permanente , ay, de no ser Dios y cuidarlos.
Hasta que no estuvieron más a mi lado no había descubierto cuanto habían tallado en mí. Soy a partir de ellos. ¡Qué gente es ésa, que tiene tantas agallas como para contar hasta veinticinco!
Los incorporé a mi mundo, junto con mis alumnos, secundando al mundo con nuestro mensaje de esperanza, ampliando, transformando y combatiendo por sostener la diferencia entre los jóvenes y nosotros, los que llegamos antes. Por eso las huellas abiertas, las marcas antiguas, las presencias abiertas, los puentes alfombrados entre vereda y vereda.
Más de una vez elegí el silencio antes que la palabra, despojada y en riesgo, sin armadura, para mí condición esencial del caminar junto al otro.
Ha sido constante esta tarea de volver la jaula, pájaro.
Y el anhelo permanente , ay, de no ser Dios y cuidarlos.
Hasta que no estuvieron más a mi lado no había descubierto cuanto habían tallado en mí. Soy a partir de ellos. ¡Qué gente es ésa, que tiene tantas agallas como para contar hasta veinticinco!
sábado, 31 de agosto de 2013
Palabras de colores
Para todos los hombres y mujeres situados fuera del poder exacto, ese que da el conocimiento.Este es un texto ajeno a toda relación de falsedad o de verdad.¿Podré producir un texto neutro?hagan sus apuestas, señores.
¿cómo hubiéramos podido enterarnos de los flujos y reflujos de los grandes problemas sin el aporte fundamental de los cuentos para niños?Tengo para mí que ahí está la respuesta, ya que el lenguaje de la razón es limitado y abstracto.Como siempre estoy constituyéndome, amo los gerundios desgarrándome en esta incompletud diferente y común a la vez. Los gerundios son presente en movimiento y son ayer, casi historia.Es en el páramo, donde no hay nada, no hay agua, donde la vida es seca. Allí en ese espacio percibo el tamaño de lo que soy y vienen en mi socorro las viejas y dulces palabras, ésas que trajeron los voraces conquistadores.Busco reducir el cupo de los disconformes, solo por el placer de luchar contra las resistencias.Evito las agresiones porque son la ruta segura a una exclusión anunciada, si ustedes me dejan afuera, me tomo revancha... ¡si sabrá de la construcción de nichos este sapo!
¿cómo hubiéramos podido enterarnos de los flujos y reflujos de los grandes problemas sin el aporte fundamental de los cuentos para niños?Tengo para mí que ahí está la respuesta, ya que el lenguaje de la razón es limitado y abstracto.Como siempre estoy constituyéndome, amo los gerundios desgarrándome en esta incompletud diferente y común a la vez. Los gerundios son presente en movimiento y son ayer, casi historia.Es en el páramo, donde no hay nada, no hay agua, donde la vida es seca. Allí en ese espacio percibo el tamaño de lo que soy y vienen en mi socorro las viejas y dulces palabras, ésas que trajeron los voraces conquistadores.Busco reducir el cupo de los disconformes, solo por el placer de luchar contra las resistencias.Evito las agresiones porque son la ruta segura a una exclusión anunciada, si ustedes me dejan afuera, me tomo revancha... ¡si sabrá de la construcción de nichos este sapo!
La fragmentación que supimos conseguir
En la cartografía escolar aparecen diferentes mundos marcados con distintas fronteras, puentes, redes y un sin fin de perspectivas múltiples y a veces agobiantes.
Algunos argumentos nos dicen que la globalización es sinónimo de progreso
de la humanidad, en una carrera sin límites entre la información, la
tecnología, la cultura sin frontera y el fin de las ideologías. En esta
perspectiva del consumo, la red virtual sólo puede traer felicidad y beneficio
quienes pueden comprar.
La realidad demuestra que la globalización de los mercados financieros,
unida al progreso de las TICs, asegura una movilidad indiscutible: la del
capital. América Latina sufre relegada a un papel donde sólo llega el
asistencialismo, cuando llega, Y el costo de la vida sube y sube el valor de la
vida baja y baja.
Este orden económico se sostiene en el cemento sobre el cual se asienta
toda sociedad: el desempleo estructural. Así se precarizan las relaciones del
empleo formal y enormes colectivos sociales son considerados “pobres”.
“marginados” y “excluidos”. Se han roto los lazos sociales y se da espacio a la
multiplicación de actitudes individualistas asociados a la aparición de una especie
de “darwinismo moral” haciendo culto del triunfados de la lucha de todos contra
todos y de la ausencia de valores como norma de comportamiento humano.
Las dos últimas décadas del siglo XX significaron una ruptura con el
pasado y una ruptura de vínculos entre generaciones. Se propone una forma de
existencia de simples huéspedes en éste nuestro planeta, no de actores
comprometidos con su tiempo y lugar natal.
jueves, 22 de agosto de 2013
Una escuela sin paredes
Y esa era la tarea, salvarnos
porque había tantos mal queridos,
malcomidos,
sin abrigo
ni colchón ande echarse,
ahicito no más,
frente a nuestros ojos,
cruzando las vías que daban a la escuela...
No había olvido posible,
ni trabajo retaceado para juntos,
sin tuyo ni mío,
recogíamos sin ruido
ropa, calzado, alimentos no perecederos, útiles escolares, libros infantiles, colchones
y todo lo que guste donar
porque todo sirve...
Pan para tod@s...
porque había tantos mal queridos,
malcomidos,
sin abrigo
ni colchón ande echarse,
ahicito no más,
frente a nuestros ojos,
cruzando las vías que daban a la escuela...
No había olvido posible,
ni trabajo retaceado para juntos,
sin tuyo ni mío,
recogíamos sin ruido
ropa, calzado, alimentos no perecederos, útiles escolares, libros infantiles, colchones
y todo lo que guste donar
porque todo sirve...
Nacía el Roperito Pascoli, lumbrera de la escuela. Nos movíamos sin demora y soñábamos conque ese día de trabajo comunitario fuese todos los días.
Los chicos eran el corazón del mundo y la escuela nuestra casa y tampoco hacía falta poner nuestros nombres en el ángulo de un cuadro.
El Roperito creaba un nuevo suelo institucional, ponía en acto la necesidad de nuevas capacidades y abría un juego fascinante. No había límites para nuestra imaginación, íbamos de conseguir un colchón para Yolanda a una silla de ruedas para que Luisita pudiera ir a la escuela. Era una construcción dinámica, recreábamos la confianza sin libreto previo. El Roperito intervenía en nuestras vidas sociales y nosotros cuidábamos el río, para que el agua corriera y no se estanque, para que fecunde y no se pudra. Se desplegaban redes de colaboración; emergían espacios comunes y personas que se sumaban a esta indefensión vivida haciendo, al igual que nosotros, de la solidaridad su bandera. Tenía identidad propia, eran sus dueños los de adentro y los de afuera. Apuntábamos a lo concreto: una maratón solidaria en un acto escolar, una jornada de trabajo en un comedor comunitario, o en la villa Papelito, afirmábamos lo relacional, conversábamos con los vecinos, tomábamos la leche con los chicos en las mesas que habíamos llevado, ahondábamos el lazo y el vínculo entre nosotros, todos.
Hace siete años...
Pan para tod@s...
lunes, 19 de agosto de 2013
Antes y después
Antes vivía descentrada, época de alternativas y diferencias, de fluctuaciones y grandes flores japonesas,
que a veces de repente se marchitaban, llenándome de incertidumbres y sin lumbre. Buscaba un lenguaje puramente claro,casi instrumental, como si se pudiera decir el mundo en el que cada uno vive.
Hoy vivo en una catarata, una nube, en un viento impredecible, lleno de horas irregulares, personas fracturadas a escalas múltiples, según la deformación genética que la haya azotado...
La magnitud que antes poseía se ha precarizado, pero infinitamente he ganado un doloroso paisaje social
que me permite llorar con mi hermano tan roto como yo...
que a veces de repente se marchitaban, llenándome de incertidumbres y sin lumbre. Buscaba un lenguaje puramente claro,casi instrumental, como si se pudiera decir el mundo en el que cada uno vive.
Hoy vivo en una catarata, una nube, en un viento impredecible, lleno de horas irregulares, personas fracturadas a escalas múltiples, según la deformación genética que la haya azotado...
La magnitud que antes poseía se ha precarizado, pero infinitamente he ganado un doloroso paisaje social
que me permite llorar con mi hermano tan roto como yo...
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domingo, 11 de agosto de 2013
Fragmentos
Un niño pobre retando con el pulgar levantado y muy cerca de su cabeza, al caballo de un carro-cartonero, el matungo aguantaba de pie el sermón dominical con las orejas gachas,
otro niñito enfermo cantaba, mientras le cuidaba la puerta del baño a su mamá,: "soretín, tin,tin /yo te espero/
cuándo vas a salir/yo me quiero ir ",
y cuando atravesaba la puerta de radio terapia con el brazo en alto y la mano en puño y su cabeza desnuda
proclamaba a los vientos de todas las mareas: ¡me voy de acá!, cada uno de los que todavía aguardábamos musitábamos:¡maestro, te seguimos!,
otras tardes confluían ríos de amor y gloria con quienes se despedían, para nunca más volver, eso solo Dios, amor de mi gloria, lo sabría,
una medianoche de un jueves de agosto, al terminar la quimio llega una enfermera de la clínica y me sorprende con un: me va a disculpar, Gladys, pero tiene que aceptar esta bufanda que teje mi mamá.
Así volví a casa como el trigo molido vulnerado agotado trillado con una cálida bufanda con hermosas flores rojas que olían a campanas...
otro niñito enfermo cantaba, mientras le cuidaba la puerta del baño a su mamá,: "soretín, tin,tin /yo te espero/
cuándo vas a salir/yo me quiero ir ",
y cuando atravesaba la puerta de radio terapia con el brazo en alto y la mano en puño y su cabeza desnuda
proclamaba a los vientos de todas las mareas: ¡me voy de acá!, cada uno de los que todavía aguardábamos musitábamos:¡maestro, te seguimos!,
otras tardes confluían ríos de amor y gloria con quienes se despedían, para nunca más volver, eso solo Dios, amor de mi gloria, lo sabría,
una medianoche de un jueves de agosto, al terminar la quimio llega una enfermera de la clínica y me sorprende con un: me va a disculpar, Gladys, pero tiene que aceptar esta bufanda que teje mi mamá.
Así volví a casa como el trigo molido vulnerado agotado trillado con una cálida bufanda con hermosas flores rojas que olían a campanas...
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Ahora que no estoy en la escuela
"Agua que corriendo vas
Por el camino florido
Dáme razón de mi ser
Mirá que se me ha perdido."
Copla aracuyana
Quería ser una directora... lo fui, no sé si al modo en que la escuela lo necesitaba, pero siempre desde el entramado social de las diferencias y del que no puede avanzar en José C. Paz y con el dolor cotidiano de escuchar como respuesta de mis chicos: fui al centro, a San Miguel, a mirar celulares. Y mi consabida diatriba de que San Miguel no era el centro de ningún lugar, que ellos le asignaban esa categoría porque cruzaban una avenida, un límite geográfico en definitiva; pero también sabiendo que acá estaban las luces multicolores, las mariposas de papel, ese ensordecedor ruido a fiesta, fiesta, ¡ay, qué linda que está la fiesta, mamá! Entonces haciendo mías las palabras de Drexler, me decía, las fronteras se mueven como banderas, y con ellas las personas y la mirada. Y continuaba en la resistencia, rechinando suavemente los dientes, porque el mundo tampoco lo tiene en cuenta... poco le importa.
Y también por esta cuestión de las utopías que le dicen, que se corren dos pasos adelante cuando avanzás o creés que avanzás dos pasos... y esta búsqueda constante de comprender lo hecho para validar lo dicho y salir del acá siempre lo hicimos así, por esta comodidad que a veces nos gana , la del pensamiento lineal, digo.Cuestiones que resuenan ahora en mi memoria, ahora que no estoy en la escuela.
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domingo, 4 de agosto de 2013
Quería ser una directora
Quería ser una directora a la manera de una ciudadana,
presente en la historia de José C. Paz, comprometida en la formación de la
identidad de nuestros alumnos y colegas. Hacedora, junto con comunidad, de la
construcción de un mundo cultural donde no importara ni el barro o el polvo
cotidiano, sino que pudiéramos salir del libreto pedagógico produciendo una
lente nueva para mirar mejor las relaciones sociales, la cultura del adentro y
la cultura del afuera, para así estar a la altura de las esperanzas de las
familias que mandaban sus hijos a nuestra escuela para pudieran insertarse e
incorporarse en el entramado cultural al que pertenecíamos así lo planificáramos
a través de nuestros proyectos de vida, ya que habíamos pretendido una educación
democrática donde cada uno había sido formado para gobernar y ser gobernado,
para mandar y para obedecer. En definitiva, para ser actores y no simples huéspedes.
Y en esta tarea de aprender a leer el contexto escolar aparecía
una sensación de vulnerabilidad, esa que producen las situaciones inapresables
por el saber pedagógico, los chicos detonando sin razones aparentes, soportando
situaciones de violencia, empujados a los bordes, carne de las adicciones. Toda
esta intemperie enfrentada a la exigencia académica, a la disciplina necesaria
para poder aprender, al seguimiento personal. Se hacía urgente la necesidad de
operar un quiebre, un nuevo suelo institucional. Inventar una práctica no
legible para la gramática institucional que la propia escuela antes había
producido con éxito. Habían cambiado las coordenadas históricas y sociales.
Aparece así el proyecto de Tutoría. Tuvo la potencia política
de una práctica: reconoció la fuerza productora del valor social, experimentó
una variación en los modos de estar en la institución. Se desarrollaron nuevas
capacidades de relacionar y conectar a los alumnos con sus pares y docentes. Se
lograron efectos subjetivos que desencadenó un verdadero movimiento de
pensamiento.
La subjetividad docente estaba más cerca del cartógrafo que
la de un funcionario del estado. Su trabajo era cómo expresar las intensidades
que encontraba en ese nicho escolar y estar más atento a la construcción de
terrenos existenciales que atado a un programa curricular prescriptivo.
Fue un modo de sostener la precariedad de padres, maestros y
chicos, no solo por la escasez de recursos materiales, no solo económico por el
desempleo de los padres o hermanos, sino porque se percibía la fragilidad de la
viada, en los cuerpos, las relaciones y en los afectos. La precariedad
acentuaba esta sensación de miedo, de amenaza, de intemperie, donde ningún
lugar es tu casa.
El primer tutor hacía sociología despojado, sin referencias
previas de autoridad, para atrapar la singularidad de lo que vivía con cada
curso, con cada persona de la escuela. Sensible al ambiente que encontraba, era
su único criterio de partida. Era el profesor “copado” según sus alumnos.
Su compañera de equipo, luchadora contra todas las
desigualdades y capaz de “hacer” equipo, sabía captar la vulnerabilidad de cada
chico, empatizaba. Y esa fragilidad
conectada con la propia la hacía más fuerte.
El último en integrarse, un docente a pura necesidad del
otro, trabajado en una escuela nocturna del bajo Flores, con distintos formatos
de recursos y lenguajes, se integró a esta constelación como si hubiera
pertenecido desde siempre.
El objetivo de trabajo fue el despliegue de la vida en sus
afectos, cuidados y relaciones. El núcleo problemático de esta práctica fue la
tarea de cuidar, no como un tutelaje que somete a los “asistidos”, sino desde
el “cuidarnos”, formando una red desde el lenguaje de la reciprocidad y no del “cuidarnos
de”. Intentábamos practicar un ensayo de ecología social, en esa caja negra que
es cada salón encerrando la vida precaria de nuestros chicos. Se conformaba así
una plataforma de resistencia y reproducción. Los cartógrafos diseñaban otro
mapa en donde transcurría la diversidad y complejidad del comportamiento cotidiano
del Instituto Giovanni Páscoli de José C. Paz. Este futuro posible se veía
amenazado: los tutores podían convertirse en un pequeño grupo; podían ser
absorbidos por la línea de gestión de los profesores reductores e inflexibles
atados a un programa, a una planificación que repetían año a año, al sistema;
la política económica institucional podía hacer abortar el proyecto por falta
de recursos económicos; el agotamiento de su creatividad incansable para
trabajar el quiebre podía desanimarlos; el horizonte achicado por la acentuación
de las tramas de desigualdades y por el contexto social erosionado y permeado
por la cultura de los bordes podía hacerlos sentir impotentes; y no lograr una
articulación con los directivos, una palabra que generara una respuesta, un diálogo
que sea puro dinamismo, podía provocar una falta de apoyo institucional
necesario para el sostenimiento pedagógico del proyecto…
Pero mientras tanto, la escuela amplió sus contornos de
actuación, potenció nuestros territorios existenciales y extendió nuestros márgenes.
La educación no ofrece garantías previas, pero se transforma en la única
oportunidad para tener cabida en una vida más digna y más humana.
lunes, 22 de julio de 2013
Rayos
Aguardan camilla de madera cubierta con dos tiras de papel y una escalerita de metal con dos escalones para subir al cielo brazos en cruz sobre la cabeza pecho desnudo y tiritando a la exposición de las placas que giran primero hacia la derecha luego hacia la izquierda y finalmente el brazo mecánico sobre el mediastino y levante las piernas y baje los brazos y hasta mañana si Dios quiere.
domingo, 7 de julio de 2013
Tatuajes
Llevo cuatro sesiones de radio terapia en el Italiano, me restan veintiocho. He pasado por cada jornada, estrenando cada una como una página en blanco;
la primera, tenazas para mi estómago
y mareas de retiradas olitas para mis huesos,
a la segunda llegué con un poco más de aire
que se me acabó en la tercera con el paro salvaje de los muchachos de la Fraternidad
que desangró a media humanidad que intentaba volver a casa,
de la cuarta volví, una bolita de papel.
Y acá estoy delante de las restantes...
la primera, tenazas para mi estómago
y mareas de retiradas olitas para mis huesos,
a la segunda llegué con un poco más de aire
que se me acabó en la tercera con el paro salvaje de los muchachos de la Fraternidad
que desangró a media humanidad que intentaba volver a casa,
de la cuarta volví, una bolita de papel.
Y acá estoy delante de las restantes...
domingo, 30 de junio de 2013
Tatuajes
Salimos al amanecer frío de este primer viernes de junio para el hospital Italiano, mi compañero cargando la consabida mochila negra y el portafolio azul del instituto Rossi con todas las imágenes de mi dolencia. Subimos al auto que como excepción estaba pronto y nos largamos al comienzo de esta tercera etapa, la tan mentada radioterapia.Yo estrenaba el mundo y un sol tan firme y tan tibio aparecía entre los árboles neblinosos de Campo de Mayo que no pude dejar de sentir el instante como sagrado.Castigaba fiero la cola interminable de luces por adelante, viajábamos seguramente cada uno pensando cosas distintas, avanzábamos sin corrernos para atrás. Me topé con San Martín, un lugar completamente derrumbado para mí. Enormes edificios vacíos, las bolsas y la basura adueñándose de las esquinas. Me dolía la sombra de esos seres mal queridos y peor paridos deambulando por la penumbra que acorrala con el anuncio de un nuevo día.¡Ay, pobrecitos mis hermanos, que valen menos que los carteles de Se vende/ Se alquilan que los escoltan!. No comerán, me digo. Todas las parrillas, bolichones mal entrazados, comida al paso están cerrados. Tampoco hay un mango, viejo Gomez, pa' gastar en fritangas.Ya no hay ni para remedio un brazo fraterno, ni una mano graciosa que salude a nuestro alrededor. Pasaban las enormes estructuras con la pintura descascarada, rotos los vidrios del segundo y tercer piso. La vida brillaba por su ausencia, sin honor con carne y hueso a la intemperie. La avenida Corrientes me salvó de Marginalia y desembarcamos en Mevaterapia. Allí, después de la tomografía de rigor y a puro pecho desnudo, sobre una cama de madera lisa y pelada, marcaron con tinta china y de a dos los puntos adonde focalizarían los rayos.
Al salir no podía dejar de pensar en la nena que me había precedido, delgadita como un tallarín, pelada como yo, pero con una hidalguía desconocida para mí aun en los días de gloria.
Al salir no podía dejar de pensar en la nena que me había precedido, delgadita como un tallarín, pelada como yo, pero con una hidalguía desconocida para mí aun en los días de gloria.
domingo, 9 de junio de 2013
La ley de las ondulaciones
Terminó mayo otoñal y toda su hojarasca
de tiempos
de sequía
y los días
transcurren para mí
desolación
de sima
en cima,
del abismo a la cumbre,
del vértice al derrumbadero...
Para arrancar
me pongo en lo más
b
a
j
o
que en los
s
o
t
l
a
digo
arranquemos con suavidad,
hagámonos cargo
de que todo sucede
para mi
nuestro bien,
sumsum corda y a
e que el día
s espera
r por delante
a y mi corazón
t sárted rop
n valor y esperanza es
a lo implorado y
v despego
e con Aquel
l que se pregunta por qué
por qué
por qué ha sido
abandonado
y sigue
obedeciendo y así
todo e y todo b
b a
u j
s a
en reiterado
retorno
en estos períodos
de bajas.
Estoy más acá que en los períodos de altos
Quizás
Le agraden estos estados
de sequía.
de tiempos
de sequía
y los días
transcurren para mí
desolación
de sima
en cima,
del abismo a la cumbre,
del vértice al derrumbadero...
Para arrancar
me pongo en lo más
b
a
j
o
que en los
s
o
t
l
a
digo
arranquemos con suavidad,
hagámonos cargo
de que todo sucede
para mi
nuestro bien,
sumsum corda y a
e que el día
s espera
r por delante
a y mi corazón
t sárted rop
n valor y esperanza es
a lo implorado y
v despego
e con Aquel
l que se pregunta por qué
por qué
por qué ha sido
abandonado
y sigue
obedeciendo y así
todo e y todo b
b a
u j
s a
en reiterado
retorno
en estos períodos
de bajas.
Estoy más acá que en los períodos de altos
Quizás
Le agraden estos estados
de sequía.
domingo, 12 de mayo de 2013
El disfraz
Sacáte el antifaz, te quiero conocer, basta de caretaje impiadoso, mostráme esa mujercita de percal que escondés, abandoná los afeites y cosméticos para mejores épocas, dejá la malla metálica para los colmeneros, si abejas no cultivás y terrateniente no sos, ni cuenta gorda en el Banco te asiste y espada de esgrima flexible y punzante calzás en tu diestra... reservá para vos esa retórica hueca y desolada buena para el buey que bien solo se lame, allá él, vos acá con el espejito, espejito roto y atribulado, llena de espanto, dame tu mano , la ponemos sobre mi/tu/nuestro corazón y salimos a cielo abierto sin miedo a los demás así contemplo tu risa estrellada.
Comida para un hambriento
Si para mí hay una palabra talismán (muchas no hay), es la palabra trabajo, trabajador: la religión privada de mi papá, imprimida a fuego a través de los días, de los años cual pluma al pájaro. Cantar no era muy propiciado por él y menos como la cigarra. Su testimonio fue vivir la mística del trabajo, no como jaula si no como maravilla, señal, viento y marea...poder de la libertad humana. Era un decirle sí al hombre cada mañana, un llamamiento a la solidaridad. Anverso y reverso de la misma moneda, y un no al sometimento que ahoga y deja triste y solitario. Junto a él no había dos olitas para ahogarse, quizás un mundo sin explicación, para quienes nada tenemos, aunque todo lo poseemos.Sostuvo la tierra con su anhelo y nos lanzó con dos piernas a la historia.
Mi "pío-pío"
¡Ay, no sabés lo que me pasó cuando vinieron a buscar a Agustina, estábamos repasando a todo trapo, íbamos a los santos piques porque no llegábamos ni ahí y salimos de raje cuando su mamá llamó con mucho apuro,no te imaginás la sorpresa que se pegó la hermanita al verme, no había Dios que la convenciera de saludarme! Al otro día le dije: decíle a tu hermanita que me disculpe, ella contestó con naturalidad: no te preocupes Gladys, acá te mandó un dibujo(¡país misterioso el de los niños!).
Lecturas varias y panes recién horneados
que enloquecían a todo un barrio,
un oscuro y desdichado viajante de comercio
que tuvo la muerte deseada,
una mujercita tullida y tiranizada por la déspota de su madre
que encontraba su refugio en su diminuto bestiario de cristal,
un guerrero medieval lidiando con los infieles
en una búsqueda desesperada del honorable perdón
de un rey demasiado egoísta para tener tan noble vasallo.
Tocan con apuro la puerta de calle,
salimos con prisa al simple sol del mediodía
Agustina, la hermosa y de corazón dulce, y yo,
su hermanita me mira espantada llevándose las manos tristes a la boca
mientras su mamá le dice con voz sincera:
saludá a la profesora y ella con miedo se esconde de mi presencia.
Se van con prisa, desaparecen en frescura de la mañana.
Guardo para mí el cantar de Catalinita, Catalinita, la que pena de fidelidad
por su esposo ausente, al cerrar la desnuda puerta.
Dibujo que imagina la mirada de la niña
Lecturas varias y panes recién horneados
que enloquecían a todo un barrio,
un oscuro y desdichado viajante de comercio
que tuvo la muerte deseada,
una mujercita tullida y tiranizada por la déspota de su madre
que encontraba su refugio en su diminuto bestiario de cristal,
un guerrero medieval lidiando con los infieles
en una búsqueda desesperada del honorable perdón
de un rey demasiado egoísta para tener tan noble vasallo.
Tocan con apuro la puerta de calle,
salimos con prisa al simple sol del mediodía
Agustina, la hermosa y de corazón dulce, y yo,
su hermanita me mira espantada llevándose las manos tristes a la boca
mientras su mamá le dice con voz sincera:
saludá a la profesora y ella con miedo se esconde de mi presencia.
Se van con prisa, desaparecen en frescura de la mañana.
Guardo para mí el cantar de Catalinita, Catalinita, la que pena de fidelidad
por su esposo ausente, al cerrar la desnuda puerta.
Dibujo que imagina la mirada de la niña
Dibujo que me mandó al otro día
miércoles, 1 de mayo de 2013
Los dolores están sentados en un banco
Vaya uno a saber desde cuándo
pacientes y socarrones aguardan.
La apertura a todo pulmón
la hizo el lóbulo derecho
quedó afuera de un solo corte
y por la espalda
de tal dolido modo
que su lecho arranca en la mitad del pecho
y se corre para atrás
rodea el torso claudicante
y se estampa en el medio del homóplato.
Hoy la fatiga que escucho yo
las articulaciones que parecen de otro
el hormigueo en los dedos de las manos tumban la casa
las mucosas más que vulnerables
me piden: sentáte a nuestro lado.
Eso hago mientras miro
deshojarse al ocre y verdinegro tilo
aunque todavía faltan por caer
en este último y húmedo lunes de abril
Mujer nueva
Una mujer a futuro
todavía no existe
se está reinventando
sin saber cómo están las cosas por dentro
y aún así anhelo como siempre ser nueva, ser otra
y escuchar la voz amada, presente
que impulsa a la esperanza
y este dolor que todo lo alcanza
y esta inclemencia que
no me afloja
y este cuerpo mío
impenetrable, no acusa recibo,
en esta tarde última y lluviosa de abril...
todavía no existe
se está reinventando
sin saber cómo están las cosas por dentro
y aún así anhelo como siempre ser nueva, ser otra
y escuchar la voz amada, presente
que impulsa a la esperanza
y este dolor que todo lo alcanza
y esta inclemencia que
no me afloja
y este cuerpo mío
impenetrable, no acusa recibo,
en esta tarde última y lluviosa de abril...
jueves, 25 de abril de 2013
Yolleo
Eh vos
tatacombo
soy yo
dí
no me oyes
tataconco
soy yo sin vos
sin voz
aquí yollando
con mi yo sólo solo que yolla y yolla y yolla
entre mis subyollitos tan nimios micropsíquicos
lo sé
lo sé -----y tanto
desde el yo mero mínimo al verme yo harto en todo
junto a mis ya muertos y revivos yoes siempre siempre yollando y yoyollando siempre
por qué
si sos
por qué dí
tatacombo
soy yo
dí
no me oyes
tataconco
soy yo sin vos
sin voz
aquí yollando
con mi yo sólo solo que yolla y yolla y yolla
entre mis subyollitos tan nimios micropsíquicos
lo sé
lo sé -----y tanto
desde el yo mero mínimo al verme yo harto en todo
junto a mis ya muertos y revivos yoes siempre siempre yollando y yoyollando siempre
por qué
si sos
por qué dí
eh vos
no me oyes
tatatodo
por qué tanto yollar
responde
----------y hasta cuándo
no me oyes
tatatodo
por qué tanto yollar
responde
----------y hasta cuándo
Oliverio Girondo
domingo, 21 de abril de 2013
Con sangre de mi corazón
Con sangre he pagado mi pecado
todos los días está frente a mis ojos
solo tu cordón umbilical podrá salvarme
abro mi corazón y te espero
sin dar ni pedir cuartel
deja correr tu sangre
hasta mis venas
aliméntame
o moriré
de
gangrena
no dejes de circular ni por un segundo.
"Salí tras de tí
y eras ido."
O. k.
todos los días está frente a mis ojos
solo tu cordón umbilical podrá salvarme
abro mi corazón y te espero
sin dar ni pedir cuartel
deja correr tu sangre
hasta mis venas
aliméntame
o moriré
de
gangrena
no dejes de circular ni por un segundo.
"Salí tras de tí
y eras ido."
O. k.
domingo, 7 de abril de 2013
Cuarto ciclo
En el consultorio, mientras redactaba las órdenes de rutina para la enfermera de turno, el oncólogo decía:
-Gladys, me llevo todas las imágenes -después que las hubo taladrado una y otra vez con sus cuatro ojos inquisidores como lápidas- para estudiarlas con el equipo del Roffo, porque yo tengo un problema. El jueves próximo le digo cómo seguimos -y ahí quedé erosionándome con la angustia que no me abandona. Me asaltó la misma sensación límpida y recién estrenada que me penetraba hasta los tuétanos de cuando tenía seis años y al otro día desenterraba la semilla plantada el día anterior para ver si ya tenía raíz. Si no lo cuento me muero...
Después bajamos, mi compañero, mi hija y yo. En el boxer para la quimio, atada a la máquina, previa frescura que te inunda como un bálsamo de flores, comienza el pasaje mecánico y en dirección a la vena del brazo izquierdo justo en el canto de la muñeca inmóvil con la mano abierta entonces me siento más vulnerable que de costumbre y no hay luna chaqueña que me salve... la más pobre de todas las pobrezas, también la de la salud y recuerdo el verso de Cardenal: Bienaventurados los pobres porque de ellos será la luna, oculto mis lágrimas porque yo creo en la vida después de la muerte, pero todavía quiero quedarme un rato más y hasta tengo miedo del diminutivo ratito, aunque midiéndolo vs. eternidad es y será un ratito, casi felices, con una sed de amor más grande que un río.
-Gladys, me llevo todas las imágenes -después que las hubo taladrado una y otra vez con sus cuatro ojos inquisidores como lápidas- para estudiarlas con el equipo del Roffo, porque yo tengo un problema. El jueves próximo le digo cómo seguimos -y ahí quedé erosionándome con la angustia que no me abandona. Me asaltó la misma sensación límpida y recién estrenada que me penetraba hasta los tuétanos de cuando tenía seis años y al otro día desenterraba la semilla plantada el día anterior para ver si ya tenía raíz. Si no lo cuento me muero...
Después bajamos, mi compañero, mi hija y yo. En el boxer para la quimio, atada a la máquina, previa frescura que te inunda como un bálsamo de flores, comienza el pasaje mecánico y en dirección a la vena del brazo izquierdo justo en el canto de la muñeca inmóvil con la mano abierta entonces me siento más vulnerable que de costumbre y no hay luna chaqueña que me salve... la más pobre de todas las pobrezas, también la de la salud y recuerdo el verso de Cardenal: Bienaventurados los pobres porque de ellos será la luna, oculto mis lágrimas porque yo creo en la vida después de la muerte, pero todavía quiero quedarme un rato más y hasta tengo miedo del diminutivo ratito, aunque midiéndolo vs. eternidad es y será un ratito, casi felices, con una sed de amor más grande que un río.
lunes, 1 de abril de 2013
Etiquetas (la leyenda continúa)
Si me das a elegir, así rapidito no más te digo: me resisto a etiquetar, porque vivo en los bordes, amo los puentes y ni a las orillas del río puedo llegar... caigo sangrante en el intento y no hay corazón que me rescate ni fe (con todo el valor que se necesite para creer en el amor del Padre que nunca abandona) que me sostenga para llegar hasta la etiqueta, ¡oh Dios!, y menos colocarla, aun llorando en mi interior. ¿Quién dijo que todo está perdido?, yo no alcanzo a etiquetar y no hay documento inalterable que me asista ni siquiera un poco más. Yo no nací para esto.
Las etiquetas son inmortales
Y
salen
sonrientes
de la muerte
y con un pelotón por
fondo, ordenan, pregonan a los gritos:
hay que etiquetar. Hay que tener
(así como D.de N. y U.) un norte y un sur,
el norte no puede ser el sur, unos, arriba, yo + vos
= nosotros = abajo, como la ley del padre Gramajo.
Realizo un esfuerzo heroico por ir olvidándolas
ya que se llevan mi aire, la luz (detesto la oscuridad)
las cosas queridas. Entonces grito fuerte y lastimero:
que venga un viento cargado de algodón chaqueño,
de ésos que queman los dientes, derriban los consabidos
muros y se lleve todas, todas y cada una de las
e
ti
que
tas
pesadas
como párpados.
¡Ojos de cielo, no me abandones!
Hoy necesito aquella promesa:
"He aquí que hago nuevas todas las cosas".
O. K.
sábado, 30 de marzo de 2013
¿Por qué no aclarás las etiquetas?
¿Será porque se me presentaban como un inalcanzable método para ahogar la sed?, o no me parecía estar en condiciones de rotular, encajonar, compartimentar, fragmentar, aislar, o finalmente no poseo la suficiente lucidez pertinente. Los ojos oceánicos del otro me abisman una y otra vez y no encuentro el gran día para etiquetar, clasificar, demarcar, y sí, vio, es para tanto, no puede ser peor y para variar duele, ¿vio? y mucho, afirmar con la contundencia del hormigón armado: esto es esto.Y no se lo diga a nadie, pero yo no lo puedo hacer. Prometo intentarlo de manera creativa, probaré distintos abordajes olvidables, tenderé diferentes redes, nadaré como un pez sin agua y te iré a buscar, amor, donde quiera que estés, porque en la pobreza se sabe querer. Temprano maduraré con las etiquetas hasta llegar al carozo... hasta que pueda partir el durazno, ahí me estaré, pues este cuerpo tiene un alma. .
Las etiquetas no tienen ni idea.
Las etiquetas no tienen ni idea.
martes, 26 de marzo de 2013
Equipo plural 2 - El regreso de los buenos
Ellos están en los cielos de todas las rayuelas.
Temblábamos juntos cada vez que nos encontrábamos o compartíamos una actividad con nuestros chicos, porque había que esperar que las cosas decantasen, porque nada era como parecía o porque esto no me cierra y me hace ruido. Cada uno de los profesores tutores era ese palito o estaca que se ataba a cada arbolito con un trapo o una tira de tela, nunca con alambre, para que cuando el árbol creciera con su ancho tronco y su espesa fronda.se deshiciera del paño que después de muchas lluvias y muchos soles, caía derruido por el tiempo (¿te das cuenta?, y después dicen que los pibes no pueden) Charlábamos y conversábamos sin cesar, cada encuentro era el comienzo de una esperanza para derrotar la tristeza. No era un proyecto utópico, era un tiempo presente, hasta construíamos un cielo provisorio, pero cielo al fin ¿o al comienzo?. Con ellos sentía "estar tocando mañana". Guardo esa provocación que me dejaron a ser más ser humano. Me dieron pa' que tenga y pa' que guarde.
Temblábamos juntos cada vez que nos encontrábamos o compartíamos una actividad con nuestros chicos, porque había que esperar que las cosas decantasen, porque nada era como parecía o porque esto no me cierra y me hace ruido. Cada uno de los profesores tutores era ese palito o estaca que se ataba a cada arbolito con un trapo o una tira de tela, nunca con alambre, para que cuando el árbol creciera con su ancho tronco y su espesa fronda.se deshiciera del paño que después de muchas lluvias y muchos soles, caía derruido por el tiempo (¿te das cuenta?, y después dicen que los pibes no pueden) Charlábamos y conversábamos sin cesar, cada encuentro era el comienzo de una esperanza para derrotar la tristeza. No era un proyecto utópico, era un tiempo presente, hasta construíamos un cielo provisorio, pero cielo al fin ¿o al comienzo?. Con ellos sentía "estar tocando mañana". Guardo esa provocación que me dejaron a ser más ser humano. Me dieron pa' que tenga y pa' que guarde.
He visto muchas mujeres
a Caloi
He visto muchas mujeres
algunas con un agujero en el pecho,justo donde tendrían el corazón
partido por la muerte del hijo amado
y que siguen de pie, ahí derechitas como estacas
tragando amargo
y con los ojos mirando alto...
Otras con un vacío enorme
pero en el vientre
atravesado por
un hombre de frente a ella
sin hablarle, sin abrazarla,
parece a gusto, cómodo tal vez sus manos y sus brazos metidas en el pozo.
Hace justo un mes
Yo no sé, mirá, cómo llueve. Es terrible, demasiado para mí en este aniversario de cada lunes y de cada día, y encima tengo que ponerme la vacuna contra la gripe (que no se consigue y mi sistema inmunológico no sabe de esperas) Llueve toda la mañana, tupido y parejo, sin estridencias, casi como la pregunta del sueño:
-¿viniste a ver si alguien te recordaba? y yo que contestaba:- no sé, pero mi corazón no olvida a los que ama, así empecé este lunes atrapada por aquel otro lunes, de cielo despejado, fresco, perfecto, ¿para irse?. Se me aparece irreal la figura de mi hermano con sus brazos sosteniéndose el pecho diciéndome/ se /nos :- No hay que llorar, con los ojos velados por un dolor infinito. Momentos, si los hay, inefables
.
-¿viniste a ver si alguien te recordaba? y yo que contestaba:- no sé, pero mi corazón no olvida a los que ama, así empecé este lunes atrapada por aquel otro lunes, de cielo despejado, fresco, perfecto, ¿para irse?. Se me aparece irreal la figura de mi hermano con sus brazos sosteniéndose el pecho diciéndome/ se /nos :- No hay que llorar, con los ojos velados por un dolor infinito. Momentos, si los hay, inefables
.
viernes, 15 de marzo de 2013
Este dolor
Este dolor
tan persistente
tan cotidiano
tan desvastador
que no da ni pide descanso
que hasta se apropia de los silencios
que se hace nuevo cada día
enmascarándose para tomarme desprevenida
es malo conmigo
parece que disfrutara con sus cadenas
siempre fuerte y victorioso.
Y lo hago mío
y lo hago tuyo
porque somos muchos
en el mundo
y no estamos
solos.
¿Los dolientes nos abrirán
las puertas
o
las cerrarán
para mí y todos mis compañeros?
¿O es una batalla
perdida de antemano?
Y Cardenal dice:
Dichosos los del dolor que es liberador
"Un resto"
Un pueblo se fue en camiones con sus trastes, sus roperos
cogió las carreteras
el pueblo nunca muere
"Partieron en medio de lágrimas
pero los hago regresar contentos".
O. K.
Muchas hojas
a Mónica
El gracioso viento
de este otoño anticipado
llenó sin contemplaciones
mi vereda recién pulida
de estas hojas tan livianas
tan verdes y ajenas
que me hicieron palidecer
oscurecieron
acechando las baldosas
negadas, pisoteadas,
fieles con vocación de estaca
siempre en el mismo lugar recibiendo cada mañana nueva
mi mirada
entreabierta.
El gracioso viento
de este otoño anticipado
llenó sin contemplaciones
mi vereda recién pulida
de estas hojas tan livianas
tan verdes y ajenas
que me hicieron palidecer
oscurecieron
acechando las baldosas
negadas, pisoteadas,
fieles con vocación de estaca
siempre en el mismo lugar recibiendo cada mañana nueva
mi mirada
entreabierta.
domingo, 3 de marzo de 2013
Equipo plural
Cuando vivo en ellos me siento como un cienpiés que le quitaron noventa y seis patas. Me falta la armonía que me brindaba su escucha atenta y su estímulo cotidiano. Cómo extraño la ceremonia del izamiento de la amada bandera y todos parados detrás de los cursos. Éramos un frontón contra el cual peloteaban cada uno de nuestros chicos y al que no peloteaba lo íbamos a buscar. Continuamente fatigábamos los márgenes, llegábamos hasta las orillas, hasta el sol si el milagro de la marcha lo proponía.Cada uno, un lugar de integración y de observación. Al mismo tiempo. Y esa era la respuesta que daban y esa fuerza los hacía invulnerables. Tampoco eran de goma, la flexibilidad costó sangre y dación de sí mismo. Pero fue posible porque se amó primero al compañero de preceptoría. Nosotros, el contexto; los chicos, el puro y a veces desgarrador texto.
Estábamos convencidos de que lo esencial son las personas y ahorita, no más diría que también la relación que supimos conseguir. Extraño caminar ese escenario propicio para la duda que nos traía el pan nuestro de cada día.
Y el puente que tendíamos para que haya cruce y una escuela que nos haga mucho, mucho más humanos.
Estábamos convencidos de que lo esencial son las personas y ahorita, no más diría que también la relación que supimos conseguir. Extraño caminar ese escenario propicio para la duda que nos traía el pan nuestro de cada día.
Y el puente que tendíamos para que haya cruce y una escuela que nos haga mucho, mucho más humanos.
sábado, 2 de marzo de 2013
Para ti mi amor
Fui al mercado de pájaros
y compré pájaros
para ti
amor mío
Fui al mercado de flores
y compré flores
para ti
amor mío
Fui al mercado de hierros viejos
y compré cadenas
para ti
amor mío
Fui al mercado de esclavos
y te busqué
pero no di contigo
amor mío
Jacques Prevert
Y fui a la paz de los cementerios
y te llevé mi corazón dolido
pero tampoco di contigo
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COM SM 2012,
la poesía es acción.,
Palabras
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